Siempre había guardado la visita al Parque del Laberinto para un momento especial que querría compartir con una persona especial. Esa persona no tenía nombre y apellidos, sólo existía en mi mente. Es esa persona especial que todos anhelamos encontrar.
Y precisamente por eso, tenía ese rinconcito guardado.
Se cruzó en mi camino alguna persona que parecía especial. Pero las sensaciones son relativas, y a veces efímeras. Y lo efímero a veces es intenso, y por eso mismo muere rápido.
Así que hoy, domingo, sin un plan muy definido por delante, sólo sabía que iba a quedar con una amiga para ir a algún sitio. En mi mente no suele aparecer como 1ª opción el Parque del Laberinto, claro está… está reservado. Sin embargo, hoy me dije “Y… por qué no?, acaso hoy no es un día especial?” En realidad, eso depende de ti, de tus percepciones, y hoy sin motivos aparentes –o con todos los del mundo- he decidido que era un día especial.
Cada lugar y cada instante puede serlo, un mismo lugar en diferentes instantes puede teñirse de un tono totalmente opuesto, o complementario ;)
Y precisamente por eso, tenía ese rinconcito guardado.
Se cruzó en mi camino alguna persona que parecía especial. Pero las sensaciones son relativas, y a veces efímeras. Y lo efímero a veces es intenso, y por eso mismo muere rápido.
Así que hoy, domingo, sin un plan muy definido por delante, sólo sabía que iba a quedar con una amiga para ir a algún sitio. En mi mente no suele aparecer como 1ª opción el Parque del Laberinto, claro está… está reservado. Sin embargo, hoy me dije “Y… por qué no?, acaso hoy no es un día especial?” En realidad, eso depende de ti, de tus percepciones, y hoy sin motivos aparentes –o con todos los del mundo- he decidido que era un día especial.
Cada lugar y cada instante puede serlo, un mismo lugar en diferentes instantes puede teñirse de un tono totalmente opuesto, o complementario ;)
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